Experiencias en el parque

Soy muy parquera, que le voy a hacer. Me he chupado muchas, muchísimas horas en los parques tanto en España como en Inglaterra. En Doha la cosa no pinta nada bien, parece que los parques no abundan, pero por suerte en nuestro "compound" tenemos piscina cubierta que ejercerá de parque a falta de uno. La cuestión es que acumulo muchas experiencias parqueras y he vivido montones de experiencias algunas de ellas tan comunes que seguro que también habéis vivido, y otras surrealistas que la verdad espero que nadie más las haya sufrido.

 
Las más comunes,
 
Los niños/as quita-palas. No fallan. Los niños que se creen que todo lo que hay en el parque les pertenece y que gustan de antojarse de los juguetes de los otros, no me malentendáis que los míos como buenos niños que son también se antojaron en su momento de los juguetes ajenos. Los pequeños no me preocupan, son los padres/madres que creen que sus hijos tienen el derecho a jugar con TODO, sin pedir permiso o por favor aunque no les pertenezca, y que aunque ven que su hijo está forcejeando con otro niño (propietario del juguete) no hacen nada. Entonces una intenta con toda la amabilidad que puede que el niño deje de forzajear. ¿Qué niño? Me da igual, pero que paren que todo el parque me está mirando, mientras la madre del otro se hace la que no va con ella.

Los niños es mi tesoro-y-no-pienso-compartirlo. Son niños que cuando alguien se acerca a sus juguetes se trasforman, se les cambia la cara y parece que vayan a fulminarte con los ojos. Dicen los expertos que para saber compartir hay que saber poseer y a mí me parece muy lógico, tanto que cuando un niño nos mira así nosotros como que lo dejamos y nos vamos para otro lado... Respecto a los míos no les obligó a compartir los juguetes que ellos están usando. Pero los que NO están usando sí los obligaba a dejarlos, vamos como que me llamó mamá que sí. Bueno, a mí me ha dado resultado y como dice el dicho cada maestrillo tiene su librillo, aunque la imposición no esté de moda educativa. Ahora mis hijos ya no se convierten en Golum cada vez que un niño se acerca, sino que ofrecen los juguetes con los que no juegan. 

El civismo es para perdedores. Pues nada que eso de hacer fila para subirse al columpio es de perdedores, ¿qué es un perdedor? Según la RALP (real academia del lenguaje parquero) dícese de aquellos niños que no comprenden las normas básicas de convivencia en un entorno conocido como es el parque. Dicha norma es: tonto el último. Un ejemplo de esta norma es cuando un niño/a se pasa media-despiadada hora columpiándose al lado de una fila aparentemente ignorada de 5 niños-desvalidos, y antes de bajarse llama a su amigo/a para que se suba y se columpie otra media hora frente a los tontos del parque que siguen haciendo cola sin quejarse. Aquí tengo que reconocer que siempre intervengo, todo tiene un límite...

Por favor cariño vámonos que papá/mamá está cansado/a. Es que la hora de irse del parque puede ser muy dura, uno ya está agotado toca irse a casa, bañar al peque, hacer la cena, la comida del día siguiente, el cuento, los dientes... Pero ellos quieren seguir la fiesta. Es un momento tierra trágame, a mí también me ha tocado unas cuantas veces... En ocasiones hay padres que hasta parece que supliquemos, pero en realidad no lo hacemos, sólo lo parece... Pero un día vi a una mamá que era indudable: le suplicaba a su hija de dos años para que se fuesen del parque. No se lo pensó dos veces: "cariño por favor vámonos para casa que mamá tiene muchas cosas que hacer... (la niña a su bola) va cariño por favor, venga vámonos... (la niña dando vueltas por el parque) "cari anda que mamá está cansada" (la niña seguía a lo suyo)...Yo me fui y ella seguía suplicando...

Las más descomunales,

El bullying está de moda. Pues está tan de moda que en alguna ocasión, me he encontrado algunos en el parque. Son niños/as que se dedican a quitar juguetes, abusan del uso de los columpios, impiden que otros niños usen las instalaciones, insultan a otros, se burlan, los amenazan. Las víctimas suelen ser más pequeños que ellos. Una vez una par de niñas menospreciaron a la CharlatanaMayor, yo me mantuve en la distancia todo lo que pude, lo prometo, ya que intento dejarles que lidien sus propias batallas siempre que el instinto maternal me lo permite. Pero en esta ocasión me tocó intervenir, después de varias conductas en contra no sólo de mi hija, sino de otros niños del parque. Eso de reñir a hijos ajenos no me gusta nada, pero bueno dado que hay niños que pareciera que no tuvieran padres, allá me fui. De una manera suave les dije que dejaran de meterse con mi hija, para mi sorpresa las niñas se pusieron en modo vacilón, así que me tocó ponerme seria con ellas. 

Me arrepiento de ser madre/padre/abuelo/abuela... pero no puedo reconocerlo. Pues eso que en vez de reconocer que no pueden más con la situación hacen intentos para escapar de ella, como dejar a sus hijos pequeños (1 o 2 años) a cargo del primer desconocido con cara de lerdo y de buena persona que encuentre en el parque, es decir, MUA. Pues eso que estando yo un día viene una abuela con su nieta y las bolsas de la compra y sienta a la niña de año y medio al lado de los míos a la par que se apodera de una de nuestras palas (apoderarse porque no pidió permiso). La señora me dice "que bien que juegan juntos" yo con cara de lerda porque los niños ni se miraban, pero con mi cobardía habitual le respondí "sí, monísimos". Ahí, ahí fue donde la señora me enganchó. "Oye que subo a dejar las bolsas de la comprar y ahora vuelvo". No me lo podía creer. Pero allí me dejó la señora con cara de idiota cuidando de su nieta. La experiencia se repitió en otra ocasión en otro parque, estaba yo con otra amiga-mamá cuando viene una madre y nos dice "oye os dejo al niño que me voy a hacer un café" "Pos vale".
 
Al parque se va con bolsas. Esta me pasó hace poco. Al Kirikito le regalaron un camión lleno de coches pequeños y estaba fascinado. Un día quedamos con un amiguete y camión en mano nos fuimos al parque. Los niños jugaron un rato con el camión hasta que se cansaron y se fueron a jugar con otra cosa. Cuando me levanto para recoger los coches, no estaban, ni uno. Sólo había una señora en el parque y yo la miré como sorprendida. Modo sabes qué ha pasado. Cuando veo que en la mano lleva una bolsa de plástico con lo que parecen coches. "Ah, ¿eran tuyos?" "Sí" Y me da la bolsa, con ¡¡¡TODOS los coches!!!
 
Por último, pero no menos importante, esto lo he vivido sólo en España. El parque está inundado de abuelos/as cuidando de sus nietos. Algunos son tan jóvenes que hasta podrían ser los padres, otros tan mayores que podrían ser los bisabuelos. Pero TODOS derrochan amor y muchos cansancio. Y ahora me voy a poner reivindicativa, pero es que los parques son un reflejo social muy importante. Los abuelos son una de las figuras más importantes en la vida de los niños, por eso deberían poder disfrutarlos, no criarlos. Y en nuestro país nuestros gobernantes/empresas están exigiendo a nuestros queridos abuelos hacer unas funciones que no les corresponden, porque los padres tienen horarios maratonianos y no pueden. La no-conciliación nos afecta a todos y nos está llevando a una desnaturalización de los roles. ¡¡Queremos que nuestros abuelos sean abuelos!!

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